martes, 25 de enero de 2011

Una carta desde los cielos



 
Una carta desde los cielos


                 Hola Carlete, ya eres un hombre, hoy tanto tu abuela Reyes como yo, tu abuelo Carlos, desde el balcón de los azules cielos de Sevilla, te estamos viendo llegar a la Iglesia, esa que yo conocí por ser alumnos Escolapio y en la que tantas veces ayude a misa delante de esa columnas que hoy son testigo de tu amor allá por esa calle  Sol que siguen siendo las mismas después de casi cien años.

                Quiero que sepas, que en este día único e irrepetible, donde los corazones se entrelazan con la única cadena vuestro amor, que estaremos allí contigo, y hasta casi podrás olerme con esa colonia que tu y yo compartíamos en la calle Feria. Tu abuela Reyes se le esta cayendo la baba mientras te mira y quiero que sepas que estamos orgullosos de ti, de lo que representas de la parte que eres nuestra y como germen que dejara sus huellas de amor dejándonos bisnietos para cuidarlos desde la Gloria.


              Hoy me hubiera gustado estrenar el mejor traje para tu boda, y tu abuela uno hecho por las hilanderas del cielo, para esperarte en la puerta donde el sol será amor por los Terceros, mientras silencios de conventos de Mortaja harán alfombras de cera por Bustos Tavera… Aquí estamos contigo y estaremos hasta que un día te abracemos en los lienzos de amor del paraíso.


           Quiero que sepas, que en la misma mesa de la gloria, estamos junto a tu abuelo Enrique y tu abuela Carmen, tu abuelo  Enrique esta con las lagrimas saltadas, ya lo conoces, emotivo, entrañable y orgulloso de ti , me decía que parece que fue ayer cuando te metías en su cama o te llevaba a ver los pasos, y tu abuela  Carmen nos ha dicho que al menos todas las lámparas de tu casa y que alumbran vuestra vida en común te las dejo como regalo antes de irse una madrugada igual que suspira el mecherito de su Triana de sus diáspora celeste.


        Os deseamos que Dios os colme de felicidad el resto de vuestros días, y que la Virgen os proteja bajo su manto y os guíe por los senderos del amor, la comprensión, la ilusión y el deseo mutuo.

       Un beso desde  esa mesa catorce donde un día estuvimos todos juntos allá por la calle de la Feria, un montón de besitos para ti y tu mujer de vuestros abuelos:

 Carlos y Reyes                                                                         Enrique y Carmelita





Por.Carlos Valera